Cómo generamos creencias: pensando como científicos, hinchas, abogados y fanáticos.

Descubre las cuatro formas distintas en que los seres humanos generamos nuestras ideas y creencias y cómo cada una de ellas afecta nuestro pensamiento crítico.

Una idea descrifr[ada]: ¿Cómo generamos nuestras creencias?

Gran parte de las divisiones sociales que estamos viviendo hoy se generan porque nos enfocamos mucho en dónde se ubica una persona en un determinado espectro (izquierda-derecha, conservador-liberal, provida-proelección) más que en cómo llegó a esa posición en primer lugar.

En su excelente nuevo libro, Tim Urban describe que es más útil enfocarse en lo segundo que en lo primero. Es decir, mirar cómo los seres humanos generamos ideas y creencias.

Podemos simplificar las distintas formas en cuatro, desde la más sofisticada a la más primitiva. Y ojo. Todos nos movemos entre las cuatro dependiendo de la situación y la creencia que se está cuestionando.

Pensando como científicos, hinchas, abogados y fanáticos.

Pensar como un científico

Cuando generamos creencias como un científico, buscamos la Verdad (con “v” mayúscula). Comenzamos en un punto determinado y seguimos la evidencia que vamos encontrando.

Comenzamos en A y todas las posibilidades están abiertas para llegar a B. Ninguna es más atractiva que las demás.

La posición por defecto del científico es “No sé”, y aplica los dos pasos que nos enseñaron en el colegio para generar conocimiento.

Primero formula una hipótesis. El científico recopila piezas de información con la mayor variedad posible, incluso sumando esas ideas locas o incómodas que se sienten incorrectas. Nada queda afuera. Luego evalúa la calidad de esas piezas de información y descarta aquellas de fuentes dudosas. Finalmente, toma las piezas más relevantes y genera una hipótesis (una posible posición).

Haciendo el paralelo entre piezas de información y piezas de lego, el científico mira todas las piezas, se queda con las más valiosas y arma un pequeño lego de prueba. Esa es su hipótesis.

Pero no se queda tranquilo. Él sabe que para que esa hipótesis se transforme en conocimiento, tiene que salir al “ring” y probarse frente a otras ideas contrarias. Le toca testear su hipótesis.

Muchas de las hipótesis vienen con sesgos y simplificaciones. El científico “le pone guantes” a sus ideas y activamente busca disentimiento para probarlas.

Después de varias sesiones de box, si su hipótesis sobrevive, o mejor aún, se fortalece, entonces el científico comienza a tratar esa idea como conocimiento. Siempre abierto a que llegue otra idea mejor y la deje knockout.

Pensar como hincha

A ningún hincha deportivo le gusta que su equipo gane con trampa. En general están en búsqueda de la Verdad, solo que su fanatismo los empuja a querer que su equipo gane.

Consciente o inconscientemente, el hincha ya tiene un favoritismo por una de las opciones.

Al igual que el científico, el hincha formula una hipótesis y luego la testea, solo que en el camino el sesgo de confirmación hace de las suyas.

Cuando pensamos como hinchas, en la etapa de formulación de hipótesis, en vez de buscar variedad, puede que hagamos cherry-picking de la información que avala nuestras ideas. Somos muy escépticos con fuentes del “otro equipo” y muy abiertos a sumar ideas de “nuestro equipo”. Armamos un lego de hipótesis más o menos hecho a la medida.

Lo meritorio del hincha es que de todas formas lleva su hipótesis al ring. Quiere testear su hipótesis. Solo que esta vez está mirando desde afuera queriendo que su idea gane. Hay una pequeña conexión emocional con su hipótesis.

Haciéndole masajes en los hombros a su lego y alentándolo para que gane.

Al final del día, el hincha termina justamente donde comenzó: en su posición B preferida.

Vale la pena mencionar que los hinchas no son tan tercos como uno cree. Si le presentas suficiente evidencia de que su posición no es la correcta, está abierto a cambiar de opinión. Quieren perseguir la Verdad, solo que a veces la emoción del partido les gana.

Pensar como abogado

El abogado y el hincha se parecen, en el sentido de que ambos están conflictuados entre confirmar sus ideas o llegar a la Verdad. Solo que para el hincha, esto sigue siendo un juego. Quiere ganar, pero si las condiciones lo empujan, también quiere llegar a la Verdad. En el caso del abogado, su trabajo es ganar.

El abogado comienza directamente en B y es su trabajo encontrar evidencia para sostener esa posición.

Cuando comienzas en una cierta posición, todo lo que viene después está decidido.

No buscas generar una hipótesis a partir de la información recolectada, sino que el proceso es el inverso. Buscas información que sostenga la hipótesis que ya elegiste. Este proceso actúa más como una etapa que fortalece la hipótesis inicial. Toda la información recolectada parece apoyar la creencia que quieres defender.

El abogado también lleva su hipótesis al ring. Solo que es de esas personas que, independiente de lo que le argumentes, es imposible que ceda un centímetro de su postura. Más que un ring se siente un tribunal. “Quizás estoy equivocado” es una frase que nunca pasa por nuestra mente cuando formamos creencias como un abogado.

Lamentablemente, cuando pensamos de esta forma privamos a nuestros cerebros de su función primordial: aprender cosas nuevas. Peor aún, vamos poblando nuestras creencias de ideas que probablemente están incorrectas (boxeadores que no han pisado el ring).

Pensar como un fanático

Para un fanático, las ideas no son un experimento que debe ser probado. Mucho menos un boxeador que debe ser validado a golpes en el ring.

No.

Las ideas son como un hijo recién nacido.

Creemos que son lo más bonito del mundo, aun cuando una guagua recién nacida se parece más a un alien que a un ser humano.

Las etapas del proceso científico no tienen ningún sentido para el fanático. Un papá o mamá no necesita hacer un proceso de generación de hipótesis para pensar que su hijo es el mejor del mundo. Simplemente lo sabe. Con total seguridad.

Si alguien te dice que tu hijo es bonito (confirma tu idea) estarías completamente de acuerdo con esa persona y considerarías que su opinión es valiosa en todo ámbito de cosas. Por el contrario, si alguien insulta a tu hijo, ni siquiera pararías a evaluar su opinión para ver si tiene algo de razón, simplemente lo descartarías como una persona horrible y con pésimas opiniones.

Cuando tratamos todas nuestras ideas de esta forma, vemos la realidad de una forma distorsionada. Lo que a ojos del científico es un mundo lleno de complejidad y matices, el fanático ve solo blancos y negros. Donde el científico ve dudas, el fanático ve certezas.

Como dije la principio, todos nos movemos entre los cuatro niveles prácticamente todos los días. Depende de la persona con la que estemos discutiendo o la idea que estemos cuestionando.

Lo más complejo es que gran parte de esto se mueve en el plano de lo inconsciente. Mientras leemos los párrafos anteriores pensamos “qué pena por esos fanáticos, yo claramente soy un científico”, pero lo real es que somos abogados y fanáticos en muchas creencias que tenemos. Muchas veces suponemos que somos moderados en una idea, cuando en verdad estamos en alguno de los extremos gritándole al moderado que es un extremista.

No es fácil, pero el primer paso es hacer consciente lo inconsciente. Y ese era el objetivo de este post.

PD: la idea central de este post y los dibujos me los robé del libro “What’s our problem” de Tim Urban (autor de mi blog favorito). Vayan a comprarlo YA. Excelente libro.

PD2: no tengo nada contra la profesión de los abogados. Todo lo contrario, cuando tienes que defender a una persona frente a un juez, lo más sensato (y moralmente correcto) es buscar información que valide tu posición. Solo que en el campo de la generación de ideas/conocimiento, no es una buena idea.

Mis cosas favoritas de esta semana

🎙 Un podcast - On Being: Oliver Burkeman - Time Management for Mortals. En este episodio se juntan dos ídolos personales. Krista Tippett, con sus preguntas profundas y reflexivas, invita a Oliver Burkeman a expandir las ideas de productividad, tiempo, espiritualidad y vida plena que contiene su librazo que lleva el nombre del episodio (recomendado). Si te sientes poco productivo/a haciendo mucho, este capítulo te ofrece un cambio de perspectiva revitalizante.

📽 Un artículo - Religion for the Nonreligious. Esta va a ser una edición del newsletter dedicada a Tim Urban. Perdonen el fanatismo, pero sus ideas son muy originales y siento que aprendo con cada oración de sus blogs. En este post laaaaargo (para leerlo de varias tiradas), explora una posibilidad de ser espiritual sin necesidad de ser religioso. La religión del ateo podríamos llamarlo. Muy interesante.

🐦 Un tweet - Si eres malo para negociar como yo, este hilo de Ben Meer entrega excelentes tips prácticos para llevar a tu próxima negociación.

📱 Una herramienta - Read. ¿Consumes un montón de información de internet y no sabes cómo organizarla? Me pasaba lo mismo hasta que salió Read de Readwise. Es una app relativamente nueva que te permite guardar todo tipo de media (artículos, videos, tweets, newsletters), sincronizar cosas que hayas subrayado y extraer información útil usando IA.